Golf en otoño
No hay dudas de que para muchos el otoño es la mejor época del año para jugar al golf.
En la Costa del Sol los otoños son suaves, con temperaturas máximas de unos 20 grados y mínimas alrededor de 15 y escasas precipitaciones. Gracias a esto, se puede practicar golf de forma agradable en cualquier momento del día. Los madrugadores podrán salir a primera hora sin riesgo de heladas o frío y beneficiarse además de promociones de early bird y aquellos que prefieran jugar más tarde, podrán disfrutar del sol sin pasar calor.
Gracias a estas mismas condiciones climáticas, la Costa del Sol tiene vida todo el año. La oferta de ocio, gastronomía y cultura es amplia y diversa y el otoño permite disfrutar de ella de un modo más relajado que durante el verano. Incluso un baño en la playa es una buena opción en los días qué el sol brilla con más fuerza.
Por todo esto (y más), la Costa del Sol es internacionalmente conocida como la Costa del golf.
En otro de nuestros posts hablábamos de jugar al golf en verano en Doña Julia y disfrutar de las vistas al mar . Ahora nos fijaremos en esa parte del recorrido que discurre entre una vegetación autóctona más abundante y que en esta época se vuelve encantadora. Podemos observar el color anaranjado de los árboles, propio de la época, en contraste con el verde de calles y greenes.
La mayoría de estos hoyos se encuentran en la última parte del recorrido, tras alcanzar el 8, el punto más alto del campo.
Los hoyos de esta parte son algo más cerrados y exigen precisión en los golpes.
El hoyo 5 es un par 5 de casi 500 metros, muy técnico, en el que hay que pensar muy bien los golpes. Encontramos una salida a calle ancha en la primera plataforma, pero con fuera de límites a la derecha y agua a la izquierda. El drive es para los más atrevidos, que pueden alcanzar la plataforma de abajo y tener un tiro largo a green. El golpe debe ser muy preciso porque la calle se estrecha en ese punto. El green, con una entrada estrecha, está protegido con bunkers a ambos lados y agua a la izquierda.
El hoyo 10 es todo un reto, por ello es el hándicap 1 del campo. Es un par 4 de 400 metros con salida estrecha y un chaparro en el centro de la calle que dificulta el segundo golpe se si juega corto. Quien quiera probar con el drive debe saber que la calle se estrecha en la caída de bola. Encontraremos un lago a la derecha y arboleda densa de pinos a la izquierda. La recompensa es un golpe corto a green, que está protegido por lagos en la parte frontal y en la derecha y por bunkers en el resto.
El hoyo 11 es un par 3 estrecho en el que hay que demostrar habilidad en el juego corto. Tiene fuera de límites a la izquierda y agua a la derecha. El green está elevado, con dos plataformas y protegido con un bunker a la izquierda y un gran talud en la parte frontal.
El hoyo 16 es un par 4 corto con una salida en alto, estrecha y complicada ya que es en bajada y tiene fuera de límites por ambos lados. El jugador que opte por el drive debe ser preciso ya que hay un bunker a la derecha del green. El green consta de dos plataformas bien definidas y, si la bandera está arriba, conseguir el par puede ser un gran reto.
Algunos de estos hoyos desafían al jugador, pero se complementan con otros más benévolos. Este equilibrio en la dificultad hace que Doña Julia Golf sea un buen campo para jugar con asiduidad ya que estos pequeños retos motivan para seguir practicando y no caer en la monotonía de un campo demasiado simple.
Para practicar cada día, la mejor opción es adquirir un abono o talonario de green fees, que permiten jugar con asiduidad a un precio muy asequible y con gran flexibilidad para la gestión de las salidas. Son muchos los jugadores que saben que el otoño es la mejor época del año para jugar al golf y la eligen para comenzar un retiro de temporada y jugar al golf con frecuencia.